
Ven, ven conmigo,
soy Ishvara,
mi cuerpo danza sobre tu tierra fértil;
me cubro de ceniza sagrada para mezclarme con ella
y alcanzar el borde de tu felicidad.
Vuela hasta mí...
Te espero en la enseñanza mística de la noche,
lleno de rocío,
quiero preñarte de conocimiento y de poder,
esponjarte y llenarte de
trascendental rabia.
Eres mi hijo, mi hija, mi amante,
tu sexo se estremece ante mí
y te abres a la experiencia suprema.
Mahamudra es tu camino
el del corazón simple y natural
que ha quemado los conceptos en el fuego de la vida.
Lalita es tu amiga y tu diosa
tu amante fértil,
el Yin indescriptible,
la dulzura soberana.
Me has provocado la sonrisa
y en mi danza
cabalgo el espíritu de tus anhelos,
eres gozo ahora perpetuo.
Olvidas tus desencantos y tus limitaciones,
olvidas tus pretensiones
y te vuelves el hijo, la hija
del Mundo.
Te honro, te reverencio,
beso tus pies preciosos,
brillantes de la sal de tu agua.
Eres el corazón de mi anhelo,
el vino sacramentado de mi venas.
Te Amo!
Te Amo!
¿No me reconoces?
Vivo para amarte.