jueves, 28 de septiembre de 2006

Te están llamando


Ven, ven conmigo,
soy Ishvara,
mi cuerpo danza sobre tu tierra fértil;
me cubro de ceniza sagrada para mezclarme con ella
y alcanzar el borde de tu felicidad.
Vuela hasta mí...
Te espero en la enseñanza mística de la noche,
lleno de rocío,
quiero preñarte de conocimiento y de poder,
esponjarte y llenarte de
trascendental rabia.
Eres mi hijo, mi hija, mi amante,
tu sexo se estremece ante mí
y te abres a la experiencia suprema.
Mahamudra es tu camino
el del corazón simple y natural
que ha quemado los conceptos en el fuego de la vida.
Lalita es tu amiga y tu diosa
tu amante fértil,
el Yin indescriptible,
la dulzura soberana.
Me has provocado la sonrisa
y en mi danza
cabalgo el espíritu de tus anhelos,
eres gozo ahora perpetuo.
Olvidas tus desencantos y tus limitaciones,
olvidas tus pretensiones
y te vuelves el hijo, la hija
del Mundo.
Te honro, te reverencio,
beso tus pies preciosos,
brillantes de la sal de tu agua.
Eres el corazón de mi anhelo,
el vino sacramentado de mi venas.
Te Amo!
Te Amo!
¿No me reconoces?
Vivo para amarte.

6 comentarios:

XY51 dijo...

Interesante invitación

XY51 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Daniela dijo...

Kray...me gusta, especialmente hermoso éste post.
Un beso.

Kat dijo...

Viniste más intenso.... profundo....apasionado....

ME ENCANTÓ!

Besitos.

Ángel Fondo dijo...

Suelo pasearme por tus espacios y me encantó este impresionante canto.
Al tiempo te diré, referente a la pregunta que dejaste en el aire, que también en mi caso siento un cambio desde hace unos meses. Un compromiso asumido de intentar ser como puedo ser imaginado por los que leen mis poemas. Y eso creo que es muy beneficioso para sentirme mejor mientras camino
Un abrazo.

Yol dijo...

Decidí sentirme desde bien adentro y allí me quedé un tiempo prolongado, suficiente pero no eterno. Batallé con el tiempo y negocié con el espacio. Vencidos ellos y triunfadores todos. He ganado la batalla. 1-0. Estoy feliz, tanto que hasta sentirlo me avergüenza. Vuelvo, pero para marcharme de nuevo.
Que no falten tus escritos, allá donde yo quede.
Besos de pez.